Galinhos es especial para pasar sus vacaciones. El pueblo pesquero sigue siendo como siempre, gracias a la ubicación estratégica - El destino está a la punta de una penÃnsula aislada de dunas - y el difÃcil acceso. Para llegar a ella, tienes que dejar el coche en el estacionamiento cerca del pueblo de Pratagil y coger un ferry para cruzar el rÃo que conduce a las calles de la aldea de arena suave. AllÃ, una flota de carros tirados por burros conduce a la playa, una lengua de arena que se mueve hacia el mar de azul intenso y bordeada por un faro y dos Lagoinhas que sólo aparecen a partir de septiembre a marzo.
La magia de Galinhos simplicidad. La larga playa tiene gigantescos acantilados multicolores, hostales, restaurantes sofisticados noche estrellada o agitado. Pero es tranquilo, semi-desiertos y escenarios de las piscinas de aguas cálidas en Ponta do Farol lugar, perfecto para disfrutar de la puesta de sol. Alquilar una mulita, el único medio de transporte disponible, e ir allà para bucear y relajarse, o simplemente para ver el hermoso espectáculo en compañÃa de muchas garzas.
En el camino, es una parada en la cooperativa de artesanÃa local. Los artesanos trabajan allÃ, encajes, bordados y decoraciones. En el camino hay algunos ranchos de pescadores con sus balsas estacionadas, que sólo contribuyen a embellecer el paisaje.
Los fuertes vientos que soplan en la región ya acomeçam para atraer a los profesionales de kitesurf y windsurf, principalmente europeo. El punto de reunión de la clase, después de la playa, el hotel pasa Brésil Aventure. En el mar, las tablas om estratégicamente colocados para escuchar el oleaje y sentir la brisa fresca, es un buen lugar para beber y aperitivo.
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